Cómo controlar la diabetes durante una enfermedad
Tratar un resfriado, curarse de una lesión o someterse a una cirugía no es divertido para nadie. Para las personas con diabetes, controlar el nivel de azúcar en la sangre (glucosa) es una preocupación adicional. El estrés causado por una enfermedad o por una lesión puede hacer que aumente el nivel de azúcar en la sangre. También puede hacer que la insulina sea menos efectiva. Esto puede llevar a problemas graves, como el coma diabético. Por ello, es importante saber qué hacer cuando se enferma.
Controle los medicamentos
Cuando está enfermo, el nivel de azúcar en la sangre puede ser alto incluso si no come demasiado. Por eso, debe tomar puntualmente los medicamentos para la diabetes. Es posible que deba dejar de tomar determinados medicamentos y comenzar a tomar otros. Si toma pastillas para la diabetes, es posible que también deba usar insulina hasta que se haya recuperado. Y si ya usa insulina, quizás necesite más de lo habitual. Hable con su proveedor de atención médica.
Controle la glucosa
Cuando esté enfermo, mídase el nivel de azúcar en la sangre con frecuencia. Pida a alguien que lo ayude si no puede solo. Quizás deba controlarse las cetonas también. Registre los resultados en caso de que deba informarlos al proveedor de atención médica.
Esté atento a la alimentación y a la hidratación
Intente seguir su plan de alimentación para la diabetes. Beba abundante cantidad de líquido que no contenga calorías, sobre todo agua, por lo menos, cada 15 minutos. Los líquidos ayudan a eliminar la glucosa extra del cuerpo. Y previenen la deshidratación. Si no puede comer alimentos sólidos, quizá deba tomar alguna sopa o bebidas con azúcar, como jugo de manzana. También puede probar una paleta helada relajante. O comer bocados pequeños de galletas saladas. Hable con el proveedor de atención médica si tiene preguntas acerca de qué debe comer o beber.
Haga un plan
La mejor manera de sobrellevar una enfermedad es hacer un plan para los días de enfermedad. Hágalo antes de enfermarse. Trabaje con el equipo de atención de la diabetes. Averigüe qué tipo de medicamento para la diabetes debe tomar mientras esté enfermo y qué cantidad necesita. Pregunte con qué frecuencia debe controlarse el nivel de azúcar en la sangre y de cetonas. Consulte con el proveedor de atención médica qué medicamentos sin azúcar para el resfriado son seguros para usted. Anote las opciones de comida y bebida para cuando no pueda comer normalmente. Asegúrese de tener a mano algunas de estas opciones en caso de enfermedad. Anote los números de teléfono de su equipo de atención de la diabetes para localizarlo con rapidez si lo necesita. Cuando está enfermo, algunos equipos de atención de la diabetes prefieren que se comunique todos los días para recibir instrucciones.
Algunas personas con diabetes guardan toda la información anterior en un cuaderno especial, en un lugar determinado. Y avisan dónde está a familiares o amigos cercanos. Esto puede ser muy útil para los cuidadores (y para usted) durante una enfermedad. Cuando está enfermo, puede ser difícil recordar los números de teléfono, los nombres de los proveedores y lo que el proveedor le indicó.
Cuándo obtener ayuda
De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Diabetes (American Diabetes Association), debe llamar de inmediato al proveedor de atención médica en los siguientes casos:
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Se siente con sueño y no puede pensar con claridad.
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No come por más de seis horas ni puede retener alimentos.
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Baja 2.30 kg (5 libras) o más cuando no trata de bajar de peso.
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Tiene otros signos de deshidratación, como lengua o labios resecos.
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Tiene una temperatura mayor que 100.4 °F (38 °C) o según lo que le indique el proveedor de atención médica.
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Se siente mal o tiene fiebre desde hace unos días y no mejora.
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Su nivel de azúcar en la sangre se mantiene por encima de 240 mg/dl incluso con insulina extra.
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Si tiene dificultad para respirar.
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Hace más de seis horas que tiene diarrea o vómitos.
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Tiene cetonas en la orina o aliento con olor a frutas.
Si tiene un plan escrito, estará tranquilo la próxima vez que se enferme o se lesione.